Del resurgir económico vinculado a la minería y la metalúrgica en los siglos XIX y XX nacen obras arquitectónicas de gran valor. Uno de esos edificios es el antiguo Ayuntamiento, un imponente inmueble con una impresionante decoración interior. Frente a las Casas Consistoriales se encuentra otro edificio que no le dejará indiferente, el Casino o Ateneo cultural.

Los edificios más notables de Mazarrón datan de la época de mayor auge de la minería y la metalúrgica, durante los siglos XIX y XX. Uno de los inmuebles conservados es de las Casas Consistoriales, declarado Bien de Interés Cultural. Se trata de un edificio de tres plantas y sótano, en el que destaca la ornamentación de la vieja Alcaldía y el Salón de Plenos, ataviados con una rica decoración en artesonado, un suelo en mosaico, paredes, cortinajes y mobiliario de época.

El sótano, donde antaño estaban ubicadas la cárcel y los calabozos, hoy día es un espacio multiusos principalmente utilizado en el ámbito cultural. Igualmente la tercera planta, donde se encontraban Correos y Telégrafos, es destinada a exposiciones temporales y actos culturales.

Desde el punto de vista del exterior, destaca el templete de zinc, que hace que el edificio parezca extraído de plena Gran Vía de Madrid.

Frente al Ayuntamiento un ejemplo de arquitectura menos definida e inclasificable, no por ello menos bella. El denominado casino o ateneo cultural es un edificio enigmático. Se desconoce la fecha de construcción, también su arquitecto, aunque se sabe que debió construirse a mediados del siglo XIX.

Otra de las grandes dudas es su finalidad, si fue ideada como vivienda o con los fines recreativos propios de un casino. De su interior destaca una peculiar escalera de caracol, atribuida a la escuela de Eiffel, de hierro fundido; muy bella pero incómoda para su uso diario, pese a que es la única comunicación entre las plantas del edificio. Cuenta con zonas de reuniones para los socios, está dotada de salas de billar, salón de baile y salas de juego.

En sus fachadas destacan las balconeras y una balaustrada en la cornisa que simula la existencia de una terraza.