La época contemporánea

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El resurgimiento Del Puerto de Mazarrón en la época contemporánea.

La minería y sus industrias paralelas volvieron a ser el motor de la reactivación industrial contemporánea de Mazarrón, a la que contribuyeron, entre otras, grandes empresas europeas. Tras los marcados altibajos de la minería y su declive final, han actuado como recientes impulsores del crecimiento de la zona el turismo, y la moderna agricultura de regadío.

Durante los ss. XIX y XX el Puerto de Mazarrón se vio reactivado industrialmente debido a la vuelta a la explotación de las antiguas minas de Mazarrón, que hacen necesaria la creación de una fundición para procesar el mineral extraído. La primera fundición de plomo, creada hacia 1850 en el Puerto de Mazarrón, fundía también pequeñas cantidades de minerales procedentes de la zona de Lorca y Totana.

A partir de 1880 se alcanzará una etapa de esplendor, con la inversión de grandes firmas europeas, y el inminente desarrollo de la primera guerra mundial, que incrementó la demanda de manufacturas metálicas para la elaboración de útiles armamentistas. En relación a este impulso se creó un ferrocarril con dirección a la fundición del Puerto.

Tras este momento, se fue experimentando una lenta decadencia ya que los filones principales quedaron casi agotados y por tanto también la fundición del Puerto se vio involucrada en el descenso de la producción, hasta que después de la guerra civil (1936-1939) pasó a ser explotada por la compañía Peñarroya. Con posterioridad, entre los años 1951 y 1962, ciertas empresas reabrieron las explotaciones de Mazarrón pero con actividades principales de lavados de escombreras con lavaderos de flotación.

Con la posguerra se revitalizó la actividad de explotación y tratamiento del esparto, con fábricas como la de La Reya, cerca de Bahía. La zona de Mazarrón contaba con una tradicional especialización en la fabricación de útiles de esparto relacionados con la navegación y pesquerías.

La propia pesca, el turismo y la moderna agricultura de regadío supusieron las bases del relanzamiento económico del Puerto de Mazarrón a partir de los años sesenta.