Fuente de vida, centro social y comercial, siendo a lo largo de la historia lugar necesario de encuentro. Sus caños de agua sirven aún hoy día para el abastecimiento de Mojácar y vecinos de otros municipios que no dudan en recorrer muchos kilómetros con sus garrafas para aprovisionarse de sus aguas.

 Muy temprano por la mañana ya caminaban de vuelta las mojaqueras con sus grandes cantaros llenos de agua sobre sus cabezas. Las estrechas y empinadas calles que conducen hacia la fuente, no han evitado que durante siglos, ésta, se convirtiera en uno de los principales puntos de reunión de la localidad. Las aguaderas que recogían el agua para el consumo de las casas daban paso a las lavanderas y éstas a la zona de abrevadero de los animales. El  nacimiento del agua proveniente de Sierra Cabrera ha servido para regar los campos y por ello se convirtió en el principal reclamo de quienes, vieron en la actual ubicación de Mojácar, el lugar ideal para establecerse.

La Fuente consta de doce caños frontales y uno lateral, que vierten a tres pilares. Perpendicularmente a ellos, corren tres canales. En sus inmediaciones se encontraba el molino, constituyéndose en su conjunto como un área de gran importancia socio-económica, que llegó a albergar el tejido comercial de la zona.

Sufrió una gran reforma en el siglo XIX y una reconstrucción posterior en los años 80 en la que cambió su fisonomía antigua, por la actual más moderna.

Del recinto de la Fuente se tiene constancia en antiguos escritos árabes.  Fue escenario histórico en 1488 de la embajada enviada por los Reyes Católicos, para la rendición pacífica de la localidad.  En ella, se puede observar la placa que resume la entrevista entre el capitán Garcilaso y el alcalde árabe. Según la leyenda, después de ser el único de la comarca en no acudir a rendirse ante los Reyes Católicos, el último alcalde musulmán de la localidad, Alávez, convenció al enviado de sus majestades para no ser expulsado. Sus palabras: “…Yo soy tan español como tú, cuando llevamos los de mi raza más de setecientos años de vivir en España…” dejaron huella en el emisario.

Para recordar el pacífico paso de la cultura musulmana a la cristiana, cerca de la fecha del 10 de Junio, durante un fin de semana, se celebra la Fiesta de los Moros y Cristianos.  Dejando vigente una interculturalidad que pervive en Mojácar durante años.