No sólo llegaron a Mazarrón ánforas desde el Norte de África, también vinieron platos, fuentes, cuencos y demás ejemplos de vajilla doméstica.
El papel del Norte de África en el comercio del Puerto de Mazarrón se refleja no sólo en el material anfórico sino en el conjunto del ajuar doméstico presente en época tardorromana. Junto a la cerámica africana de cocina y otras producciones de cerámica común, destaca la vajilla de mesa de importación.
Junto a testimonios puntuales de la denominada Terra Sigillata Lucente, producida en la Saboya, o aún en menor medida de Terra Sigillata gris estampillada procedente de talleres galos, y de Late Roman C de origen oriental y fabricación probablemente en el área de Focea, serán las producciones de la zona de Túnez, las que constituyen básicamente el repertorio de la vajilla de lujo. Junto a productos tardíos de la denominada Africana C, la mayoría de los recipientes se integran en las distintas producciones de la Africana D. Se trata de platos, fuentes, cuencos o lucernas caracterizados por un típico barniz anaranjado o rojizo aplicado en el interior, el borde y a veces en el tercio superior de la pared exterior, y de acabado y calidad variable. En ocasiones presentan decoración estampillada sobre el fondo plano interno de las piezas, generalmente con motivos geométricos y fitomorfos, pero también con presencia de motivos zoomorfos o incluso figuras humanas o elementos de simbología cristiana