Su origen se remonta a finales del siglo IX. Un siglo después, el 14 mayo del 913,  está documentado el asedio por Abderramán III, según Ibn Hayyan, que la describe  como “inexpugnable”. En ese ataque para doblegar a los sublevados, partidarios  de Ibn Hafsun, el cronista narra que, ante la resistencia, los atacantes incendian el arrabal y se acaban rindiendo, siendo detenidos los rebeldes y perdonados los habitantes de Fiñana.

A diferencia de otros castillos, que fueron demolidos o abandonados, la Alcazaba será clave en todas las etapas históricas como defensa y control del territorio. Perteneció a la Cora de Ilbira, Granada, según narra Al Udrí en pleno siglo XI.

En tiempos del granadino Abd Allah se reforzó la Alcazaba y formó parte de una línea fronteriza, enfrentado por intereses de territorio al rey Al Mutasim de Almería.

En la primera mitad del siglo XIV Ibn Al Jatib, califica a Fiñana de “ciudad” que cuenta con “largos tesoros y cultivos” lo que nos da una idea de la importancia que tenía, y como permanecía amurallada. Durante el Reino nazarí mantuvo su importancia, siendo cabeza de una circunscripción y teniendo un visir.

El devenir de la historia ha hecho que la trama urbana se haya acoplado y solapado a las estructuras originarias de murallas y fortificaciones, dejando como elementos visibles tres torreones: el del Homenaje, actual mirador tras su adaptación, la base de la Torre del Reloj y el torreón de Poniente, además de algunos lienzos de muralla.

También se conserva la antigua entrada a la Alcazaba, semioculta tras una vivienda, que incorpora en sus muros dos lápidas romanas de mármol reutilizadas.

La especial ubicación en un altozano de esta fortificación, rodeada de grandes desniveles por tres de las zonas, facilitó su defensa e inexpugnabilidad. Su estratégica ubicación en el camino de Almería a Granada también le confirió importancia, siendo cabecera de comarca.

Otro episodio destacado fue la estancia de los Reyes Católicos el 29 de diciembre de 1489, tras la conquista de Almería, hecho hoy recreado y recuperado para la historia de Fiñana.

Es de gran interés la arquitectura y estructura del barrio de La Alcazaba, antiguo arrabal, con su plaza central, hoy Plaza de la Libertad, donde se ubicaría en otro tiempo el zoco, y donde se celebra la Fiesta Andalusí en verano. En este entorno que fue intramuros destacan también el aljibe grande, que algunos autores lo consideran baños árabes, y otro aljibe más pequeño, ubicado bajo esta misma zona de entrada a la Alcazaba.

Cuando accedan a la torre mirador disfrutarán de  hermosas vistas de la sierra y el valle.  Busquen un código qr y se aproximarán en el tiempo a cómo pudo ser la antigua Alcazaba de Fiñana. Entenderán por qué fue inexpugnable.