La Factoría de Salazones del Puerto de Mazarrón

Otras ubicaciones

Los restos conservados y visibles en este local corresponden a una antigua factoría romana de los ss. IV y V, donde se limpiaba, troceaba y salaba el pescado para la fabricación de salazones y salsas, como el célebre garum.

La factoría se extendía bajo las actuales calles y solares colindantes con el del Museo. Las estructuras conservadas corresponden fundamentalmente al periodo entre mediados del s. IV y s. V, momento de mayor florecimiento de estas industrias en toda la costa murciana, si bien es probable que el inicio de la instalación tuviese su origen en época anterior.
Las industrias romanas de salazón y salsas de pescado empezaron ya a proliferar en el s. I a. C en las costas del sur peninsular y norte de África, continuando y potenciando una tradición iniciada en época fenicia y púnica. Esta clase de empresas constituyeron -junto a las de vino, aceite y la minería- los pilares fundamentales en los que se basaba la economía y el comercio exterior e interprovincial. Los productos de las factorías peninsulares salazoneras adquirirían amplia fama y llegarían a ser imprescindibles en toda la cocina del imperio. Su producción y comercialización estaba en manos de grandes empresas y sociedades, llegando a hacerse célebres en todo el imperio auténticas “marcas” o “denominaciones de origen”, como el denominado “garum sociorum” del sureste de la Península Ibérica, cuyo recuerdo nos han legado las fuentes clásicas.
El lugar elegido para este tipo de instalaciones era habitualmente una zona próxima al puerto, para facilitar el acarreo del pescado a la fábrica. Los elementos característicos comunes a todas estas industrias fueron las piletas, cetarias o tanques de salazón, construidas con mortero de cal y piedra, revestidas en su interior para su impermeabilización por sucesivas capas de opus signinum (cal, piedra y cerámica machacada), alineadas, excavadas en la tierra y con forma cuadrangular. En estas cubetas es donde se maceraba el pescado con sal, quedando sometido a un proceso de fermentación que duraba de 20 días a 3 meses. Los mismos receptáculos eran utilizados tanto para la salazón de las carnes de los peces (salsamenta) como para la fabricación de las distintas salsas de pescado, de las cuales la más cotizada y famosa el garum.
Otra serie de estancias son las salas de despiece, limpieza y almacenes. Las estancias de trabajo que requerían limpieza frecuente solían estar pavimentadas con opus signinum, a veces ligeramente inclinado para facilitar la evacuación de las aguas y de los restos que ocasionaba esta actividad. Otras dependencias como los almacenes poseían sencillos suelos de cal. El proceso requería que el edificio contara con una protección de tejadillos o cubiertas, para evitar la excesiva evaporación por la acción directa de los rayos solares o la desalinización por el agua de las lluvias, pero también de una ventilación para controlar la entrada de calor idónea y la evaporación.