Jardines y Mirador de La Glorieta
Vera - Almería

Otras ubicaciones

Situada fuera de la antigua ciudadela, su construcción va aparejada al crecimiento económico de la localidad que llegó con el descubrimiento de plomo en el barranco El Jaroso en Sierra Almagrera a mediados del siglo XIX. La llegada de la actividad metalúrgica en la comarca permitió un crecimiento de la población y, también, de sus necesidades y de las primeras posibilidades de ampliar el casco urbano.

Pocas décadas antes de la construcción de la glorieta en la que nos encontramos, hacia 1860, la población de Vera y su término (que incluía Garrucha y Pulpí) alcanzaba la cifra de 11.358 habitantes.

Fruto de este crecimiento demográfico se crea un nuevo trazado urbanístico para la calle del Mar, de nueva creación, hacia donde se dirigía la creciente burguesía local, que abandona la labor del campo e inicia una actividad comercial. Grandes y pequeños de esta nueva zona de expansión tienen tiempo libre y, en consecuencia, se ideó un parque que sirviera de pulmón verde y de zona de recreo. La nueva Glorieta se situó junto a la Ermita de San Ramón, que hacía pocos años aún se situaba a las afueras de la ciudad.

La zona de recreo se dividía entre pasillos circulares y concéntricos a una fuente ornamental. De hecho, a diferencia de la Fuente de los Cuatro Caños de la ciudad, usado como abrevadero o consumo doméstico, esta fuente utiliza por primera vez de forma decorativa el agua. Además, entre los distintos pasillos se crearon una serie de jardines. Algunas de las plantas originales aún se conservan, como ocurre con el gran Ficus  y la araucaria que se puede contemplar en la entrada.

Pero los veratenses no sólo han utilizado este espacio para el recreo, sino que a lo largo de las últimas décadas se ha convertido en escenario de la celebración de innumerables actos sociales, entre ellos, la verbena de San Juan, la Subida de Jesús o la Subasta del Domingo de Resurrección. Además, se ha convertido en uno de los principales reclamos de la ciudad para el turismo, atraído tanto por el encanto de los jardines, pero también por las inmejorables vistas hasta el mar y toda la vega de la localidad.