La factoría de salazones es un gran complejo industrial que precisaría de una producción importante de sal para su abastecimiento.
En el Puerto de Mazarrón existe una antigua tradición salinera, que cristalizó ya en el s. XX en una gran explotación industrial, pero con anterioridad sabemos se trabajaba por pequeños propietarios. Las características geológicas y topográficas apropiadas, nos permiten suponer su probable explotación ya en época romana.
La sal marina se obtiene por precipitación de sales tras la evaporación del agua del mar. Para ello se deja evaporar en estanques de poco fondo, generalmente separados por motas de tierra o muretes de piedra. El ciclo anual del trabajo presenta distintas labores estacionales. La salina se reconstruye y queda constituida en primavera, para la cosecha estival. En otoño la salina se abre para desaguarla, lo que daña los diques y muros de separación, que deben repararse en primavera.
Junto a la producción en salinas de mayor capacidad, en época antigua otra alternativa para la consecución de sal, era su recogida de “huecas” naturales en plataformas rocosas junto al mar. La diferencia de esta sal así obtenida, frente a la de las salinas, es que su aspecto no es cristalizado, sino escamoso, y no es posible su utilización directa por su fuerte sabor amargo, y precisa someterla a un lavado con agua dulce. Este tipo de huecas es frecuente en el litoral murciano.